Preparándome para las cinco preguntas, preparando el examen final
Quiero compartir con vosotros una reflexión que me ha surgido al leer este artículo: Los cinco arrepentimientos que tienen las personas antes de morir.
Son las ideas que ha escrito una enfermera australiana que se llama Bronnie Ware que se pasó varios años atendiendo a pacientes en cuidados paliativos. Sus reflexiones las compartió en un blog: "Inspiration and Chai" y en su posterior libro "The Top Five Regrest of the Dying". Estas son las preguntas y las reflexiones que quiero compartir:
1. Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que los demás esperaban.
- Lástima no aprender a ponernos nuestras propias metas y luchar para conseguirlas. Voy a hacer una lista ahora mismo de aquellas diez cosas que quiero hacer o quiero conseguir antes de morirme. A mi edad ya tengo criterio para discernor lo que es importante de lo que no.
- Lástima tener que soportar personas tóxicas que nos chantajean a cambio de un futuro cuyo consuelo es que nos permita alejarles de nuestra vida. Yo hace mucho tiempo que no dependo de nadie, Soy autónomo, "sobre mi hambre mando yo". Solo trabajo con quien me hace crecer y pasármelo bien; si no...lo siento, si trabajar contigo va a ser una experiencia diezmante peor parar ti. Tú te lo pierdes
2. Desearía no haber trabajado tanto
- Lástima dedicar tu vida a un trabajo que no te gusta, no te desarrolla. Un trabajo que no te gusta te hace infeliz a ti y a todos los que te rodean.A mi me encanta mi trabajo. De eso estoy plenamente satisfecho, hago lo que me gusta, me apasiona el universo del aprendizaje, del desarrollo.
- Lástima haber trabajado en un entorno que ha ahogado y axfisiado tu talento. Y en esto tenemos responsabilidad todos: ¿mis compañeros son más felices gracias a mi? Mi talento se desarrolla cada día porque mis alumnos me permiten expresarme y mi misión está clara, quiero colaborar en su felicidad, aunque sean ocho horas, pero al menos han sido felices esa porción de su vida.
- Lástima no pensar que trabajo también es estar con la familia, con los niños, contigo mismo. Si vivimos cada día como si fuera el último algun día tendremos razón. ¿Cual será el ultimo recuerdo que tendrán Sergio, Nicolas y Natalia mio? La de un papá capaz de estar con ellos deisfrutando de sus juegos y de su vida o la de un papá tan atereado que no comprende lo que valorarán más de mi en el futuro es el tiempo que les he dedicado.¿Recuerdas el anuncio de IKEA de Navidad 2014?
- Lástima que sigamos pensando que existe una vida laboral y una vida personal. Solo existe una vida y una tiene que alimentar a la otra en equilibrio y armonía.El problema es que no sabemos poner una cosa en lugar de la otra. ¿Recuerdas la historia del profesor de filosofía que enseña a sus alumnos con un frasco como llenar su vida con una pelotas de ping pong, unas canicas, arena y agua?
3. Desearía haber mantenido más contacto con mis amigos
- Lástima no comprender que la vida es una experiencia de compartir. Un amigo es alguién con quien tienes la libertad de compartir. Afortunadamente tengo muchos amigos (sobre todo amigas), con las que comparto en libertad mis ideas, opiniones, sueños, frustaciones. Pienso en ellas y respiro con la satisfacción de saber que me encuentro pleno. Gracias Miriam, Remedios, Sonia, Ana, Manuela, Maria Angeles, Yolanda, Pilar. Mi vida ha sido más bella gracias a vosotras.
- Lástima no comprender que la vida es una experiencia de reciprocidad. La reciprocidad es el cielo. Comprender que se trata de mantener el equilibrio afectivo siendo generoso con el cariño y los halagos a los demás.
- Lástima no comprender que se trata de ser generoso, de ser el primero, de no esperar a que el otro dé el primer paso. Si de algo me siento orgulloso es de mi grupo de compañeros Corazonistas. Nos hemos vuelto a reencontrar 30 años más tarde y hemos creado un grupo que fluye cariño y vida. Lo que ha surgido entre nosotros es un misterio, ningún reproche solo ganas de compartir y de vivir. Gracias Miguel Ángel, Joseba, Yube, Alfredo, Nandi, Pepe, Guillén, Yza, Anita, Elena, Mila, Manuela, Ernesto, Javier, Santi...(Silvia y Paco..os echamos de menos)
4. Desaría haber tenido el valor de expresar mis sentimientos
- Lástima quien piensa que expresar los sentimientos no vale para nada. Expresar los sentimientos vale especialmente para uno mismo. Hay tres de ellos que entiendo especialmente importantes: gracias, enhorabuena y perdón. Gracias por dejarme formar parte de tu vida. Enhorabuena por ser único, distinto. Perdón por ser tan desapegado y tan egocéntrico.
- Lástima pensar que un sentimiento solo se expresa con palabras. Pobre cuerpo. Que poco le dejamos que se manifeste. Deberíamos tocarnos más, besarnos más, abrazarnos más.
5. Desearía haberme permido ser más feliz.
- Lástima quien no sabe, no comprende o no entiende la felicidad. Muchas personas no saben ser felices, y lo peor es que tratan de demostrar a los demás que tienen razón. Son gente tóxica. Yo quiero que mis cursos demuestren que la felicidad es posible.
- Lástima no cooperar para que la naturaleza y los ánimales también sean felices. ¿Para ser yo más feliz tengo que dejar a otro más infeliz? No lo entiendo.
- Lástima rodearse de personas y entornos que ahogan tu felicidad o les importa poco. A mi me importa la felicidad de los demás, por eso coopero en ella. Por eso llamo a las cajeras por su nombre, por eso cedo el paso en las glorietas, por esos saludo con concentración a los vigilantes jurado, por eso doy la enhorabuena a un camarero que sirve bien el café, por eso trato de aprender de cada uno de mis alumnos. Pero me queda mucho que aprender. Quiero aprender a descubrir más tesoros en las personas, he de reconocer que en algunos casos me cuesta mucho. Creo que la vejez tiene mucho que ver con dejar de descubrir tesoros y pensar que la vida ya no te sorprenderá.
- Lástima no entender que la felicidad consiste en estar al servicio de los demás. Ahora estoy en ese camino. Ponerme al servicio de los demás me ayuda a recuperar mi felicidad cuando estoy mal. Es la llave.
Estoy seguro que la vida me continuará sorprendiendo. Ya lo compartiré con vosotros.
Gracias a César Álvaro de la Factoría del Éxito por haberme inspirado